Los sofás, igual que otros muebles requieren un tejido y una tapicería y además, si tenemos en cuenta que no todos los tejidos que vestimos son iguales, tampoco lo serán para un sofá. Al comprar un sofá debemos tener muy en cuenta cuál será su función ya que es muy distinto tener un tapiz de tela que de piel.
Si lo que buscamos es elegancia y comodidad al comprar un sofá entonces el mejor tapizado será el de piel natural porque viste más y será flexible a los cuerpos que soporte. Además, será fresco en verano y cálido en invierno. Si se quiere cambiar de vez en cuando, sobre todo en verano, se puede utilizar una funda de tela fresca y de colores acordes con el resto de la decoración.
Al comprar un sofá se debe tener en cuenta también que muchos no son íntegramente de piel natural ya que es bastante delicada sino que se trata de una combinación. Muchos sofás están elaborados con piel natural tan sólo en la parte que queda a la vista y el resto está hecho con piel sintética o polipiel.
La otra opción que existe al comprar un sofá es la de los tapizados en textil, que pueden ser de hilo natural o sintético. Estos suelen ser más económicos que los elaborados con piel y tienen otra ventaja más ya que son más fáciles de mantener e incluso de lavar, porque muchos materiales textiles para sofás tienen la ventaja de ser desenfundables.
La oferta de sofás tapizados en textil es mucho mayor que la de piel y las telas naturales suelen ser confeccionadas con lana, con seda, con lino o con algodón. Éste último es el más usado porque es bastante flexible, fresco y resiste bastante bien el paso del tiempo.
Las telas sintéticas con las que se tapizan los sofás suelen ser duraderas y mantienen muy bien los colores. Aunque sea bien de piel, bien textil, al comprar un sofá se debe contar con la idea de que es necesaria una funda para proteger el mueble y conservarlo mejor y durante más tiempo. Las fundas de los sofás además, multiplican las posibilidades de la decoración.